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Una de las grandes preguntas que surge en la mente de todo barbudo cuando se plantean qué productos son los más apropiados para atusar y acicalar su pelo facial es: ¿debería utilizar aceite o bálsamo para mi barba?
Antes de nada, comencemos por el principio:
Los aceites para la barba son productos destinados a acondicionar e hidratar tu pelo facial. El momento ideal para utilizarlos es después de una reconfortante ducha, ya que los poros de tu piel estarán abiertos y receptivos a la absorción de las propiedades del producto. De cualquier manera, si te levantas por la mañana y tu barba luce ligeramente áspera y rebelde, el aceite te ayudará a controlarla y mejorar su apariencia de manera notable. Para aplicártelo, no tienes más que verter tres o cuatro gotas en tu mano –la cantidad dependerá de la largura de tu barba-, distribuirlo entre las dos palmas y extenderlo sobre tu pelo facial. La mejor manera de hacerlo es empezando por la parte de atrás de la misma, introduciendo los dedos desde la zona más cercana al cuello y continuando hacia afuera, obteniendo ligeramente más volumen. Una vez hecho, realiza el proceso inverso, alisando tu barba hacia abajo. Cuando hayas terminado, el truco radica en utilizar un peine o cepillo de buena calidad. Además de darle un aspecto arreglado y pulcro, el objetivo de peinarla es distribuir el aceite homogéneamente por todo el pelo y hacer que llegue hasta tu piel. Si tu barba es bastante larga, un truco a recordar es mantener tu mano alrededor del cuello mientras la peinas, de manera que evites que adopte la forma de la barbilla.
Los bálsamos también tienen el objetivo de acondicionar tu pelo facial y mantenerlo hidratado. Sin embargo, la diferencia reside en que, debido a su textura cremosa, se suelen utilizar más como opción para definir la forma y estilo de tu barba, ya que, una vez aplicado, ésta se mantendrá en la posición en la que la hayas peinado sin llegar a tener la fijación de una cera. Se puede decir que el bálsamo es el hijo entre el aceite y la cera. El método para utilizar un bálsamo es bastante similar al de los aceites: aplicar una pequeña cantidad entre tus palmas, trabajar tu barba con los dedos de tus manos y finalmente darle el toque final con un buen peine/cepillo. En este caso, recuerda que la forma que le des a tu pelo facial se mantendrá más firmemente con este tipo de producto que con el aceite. La mantendrá más compacta durante el día. Si tienes un barba rebelde, definitivamente me iría por un bálsamo.
Los aceites tienen aromas intensamente atractivos, como p. ej., el elegante aroma Billion Club, el rústico aroma Black Forest, o el siempre interesante aroma Scotch Whisky, y que además dejan el pelo de la barba especialmente suave, sedoso y ligero, por lo que si eres de los que tienden a mesarse la barba habitualmente, la sensación que obtienes con los aceites será más agradable y ante todo más natural. Además de todo ello, aportarán a tu pelo un brillo característico muy atractivo. De hecho, si tu barba destaca por tener diferentes tonalidades o mechas, el aceite las acentuará ligeramente, logrando un punto extra de sofisticación muy interesante para cualquier barbudo.
Los bálsamos, por otro lado, no tienen una fragancia tan intensa y pueden oler un poco acerados. Dado que impregnan a la barba de una sensación de firmeza y ayudan a mantener el pelo más compacto y rígido, la apariencia que logras es poco flexible. Los bálsamos son una buena opción para aquellos que tienen una barba bastante de mediana a larga, y que no tiende a mantenerse lisa de manera regular (barba rebelde). También son el producto por excelencia para lucir un look concreto al permitirte trabajar y definir un estilo característico. Por último, como ya he mencionado en artículos anteriores, un buen bálsamo puede ser, asimismo, un gran aliado para los que estén buscando una apariencia de mayor volumen y presencia para su pelo facial.
De cualquier manera, y como siempre, no hay mejor modo de averiguar cuál es la mejor opción para ti que lanzarte a probarlos. ¡Buena suerte!
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